El Viernes 28 de junio, exactamente hace 3 meses, celebramos un segundo encuentro que llamamos RIDE Vol 2, con una mirada en esa idea que habíamos venido recreando a través de una serie de mensajes con imágenes del pasado y del presente. La idea de una Cultura Electrónica local, pero que es innegablemente global.
Esa noche nos congregamos para descubrirnos ya no sólo como clubbers y ravers, veteranos y newbies, sino también como creadores de una escena que tiene más de 20 años de estar viva y que, sin lugar a dudas, nos ha cambiado para siempre. Lo sabemos. No somos los mismos desde que descubrimos y experimentamos un dance floor de música electrónica.
Son las 8pm de aquel viernes. Las puertas se abren para recibir a un grupo de amantes de una electrónica que es diversa. Un largo y estrecho pasillo residual y un par de stickers en los teléfonos envían un claro mensaje a cada persona que lo atraviesa: esto que sigue es otro ride. La sala de Cantina SCCA, bien conocida por varios eventos que han realizado distintos colectivos, es una nube de color azul.
Venimos a bailar y a soltar. No es posible concentrar nuestra atención en dos cosas al mismo tiempo. Al final del evento, la gran mayoría se acercará para decirnos qué agradable sensación fue dejar la red social y el phone en off durante horas.
Un sonido lento, inesperado y potente toma el control de la sala. Blau Grisenc inicia su live performance de Ambient y Drone Music, el cual servirá para estimular la imaginación y permitir que nos hagamos algunas preguntas básicas: ¿de qué se trata todo esto? y ¿qué es esta música?
Un Conversatorio es un espacio bastante particular dentro de una fiesta de música electrónica, excepto quizás cuando se presentan en festivales que ofrecen talleres y otro tipo de interacciones. El de RIDE es un conversatorio íntimo y sincero, que invita a acercarse, reconocerse y preguntarse qué más podemos encontrar en esto que tanto nos apasiona.
A las 9pm, después de tan tremendo acto de bienvenida de Blau Grisenc, la nube se disipa y comienza una entretenida conversación que durará casi 90 minutos. Lo decimos más adelante: no es común encontrarnos en un evento en el que confluyen dos vertientes tan distantes (o quizás distanciadas) de la escena electrónica local: la “Experimental” y la “Dance”.
La conversación gira en torno a esta idea de Cultura Electrónica local y toma como eje a cada uno de los invitados desde sus aportes. Comienzan a aflorar las historias de vida, la visión que cada quien tiene sobre lo que define a esta subcultura y las ideas que proponen para inspirarnos a seguir apostando por este ámbito en el cual, por momentos hemos sentido que somos uno.
La importancia de preservar una identidad y una diversidad en el dance floor y en los DJ Booths, la absoluta necesidad de ofrecer nuestra ayuda cuando vemos que alguien no la pasa bien, la evolución hacia un consumo consciente de qué mandarnos, para qué, cuándo y cuánto. La maravillosa libertad de poder bailar solo y el impulso que como comunidad le debemos dar a quienes están creando y generando valor.
Todo esto está en este video de 120 minutos que podés analizar y compartir las veces que querás.
Otros apasionantes temas quedarán para el próximo RIDE: el respeto al espacio personal en el dance floor, la huella ambiental de cada evento, el concepto de lo artístico o el mito del underground.
El Conversatorio tiene un efecto diferente en nosotros, algo inspirador, y no hay duda de que tenemos mucho qué hablar, pero es hora de un cambio de marcha en este RIDE.
El visualista Prisma Deer tiene la tarea de mantener el espacio en continua transformación a través de la luz y el color. Por el momento, lo oscurece tanto como puede. La oscuridad, cuando se está entre amigos, es increíblemente acogedora.
De la camada de DJLab, son pocos lxs DJs que, como Bearhug, reconocen el tono apropiado del warm up de un evento como este. Durante dos horas, el sonido será clásico y vanguardista al mismo tiempo.
Ya es sábado y Sosu toma el control de los decks. Lo que sigue es una exquisita selección de contrastes entre colores vivos y oscuros. Reinterpretaciones de un acid, un breaks y un rave noventeros, con la fuerza del Techno contemporáneo.
Sigo yo, Esteban Howell. Desde hace bastante tiempo que en mis sets de club logro colar alguna que otra track de Electronica o Indie Dance con sonidos bien particulares. Pero esta vez va todo así. Me alucinan esas melodías, esas “rarezas”.
Cierra Paul Wolsch. Después de permitirnos irnos de ride con su historia personal y su relación con la música electrónica que fue el medio para reencontrarse con su norte artístico, el closing set es tan groovy como sólo un set de Paul Wolsch como puede serlo.
Son las 6 de la mañana. Quedamos los sobrevivientes de un RIDE que no se repetirá nunca más. Cada evento es un universo de posibilidades, de sonidos infinitos, de encuentros, desencuentros y reencuentros con alguna música electrónica.
Pero sí habrá otro RIDE. El Viernes 18 de Octubre de nuevo en Cantina SCCA.
En otro post te daré más detalles sobre RIDE Vol 3.
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